En el mundo del fitness, la meta principal a menudo se enfoca en la estética: perder peso, tonificar el cuerpo o ganar músculo. Si bien estos resultados son válidos y gratificantes, la entrenadora Lula sostiene que el verdadero premio de adoptar un estilo de vida saludable va mucho más allá de lo que se ve en el espejo. El ejercicio y la nutrición adecuada no solo transforman el cuerpo, sino que también fortalecen la mente, impulsan la autoestima y mejoran la salud mental de manera profunda y duradera.
Un impulso directo a la salud mental
La relación entre el ejercicio físico y el bienestar psicológico está ampliamente documentada. Cuando nos movemos, nuestro cerebro libera endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y mejoran nuestro estado de ánimo. Es esa sensación de euforia o calma que se experimenta después de una buena sesión de entrenamiento.
Sin embargo, el impacto va más allá de un simple “subidón” momentáneo. El ejercicio regular también puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Para muchas personas, una rutina de entrenamiento se convierte en una vía de escape, una oportunidad para desconectar de las preocupaciones diarias y centrarse en el presente. Esto es especialmente importante para los entrenadores de mujeres, que a menudo ayudan a sus clientas a gestionar las múltiples presiones de la vida moderna, ofreciéndoles una herramienta poderosa para combatir la ansiedad y el estrés.
Construyendo resiliencia y disciplina
Un programa de entrenamiento y nutrición, como el que Lula diseña, requiere consistencia y disciplina. Cada sesión de ejercicio completada y cada comida saludable elegida son pequeñas victorias. Con el tiempo, estos pequeños logros se acumulan y construyen una sensación de resiliencia y control. La persona aprende que es capaz de comprometerse con un objetivo y de superar los obstáculos, una lección que se aplica a todas las áreas de la vida, desde el trabajo hasta las relaciones personales.
Esta disciplina autoimpuesta no es una carga, sino una fuente de empoderamiento. Ver el progreso, ya sea en forma de más fuerza, mayor resistencia o simplemente la capacidad de levantar un peso que antes parecía imposible, genera una profunda sensación de logro.
La autoestima y la relación con el cuerpo
Uno de los beneficios más significativos de un estilo de vida saludable es el impacto positivo en la autoestima y la imagen corporal. Lula enfatiza que el objetivo no es buscar la perfección, sino la progresión. El enfoque se desplaza de la crítica (“no me gusta cómo me veo”) a la celebración (“mira lo que mi cuerpo es capaz de hacer”).
Cuando una persona se nutre con alimentos que le dan energía y se mueve de una manera que la hace sentir fuerte, su relación con su cuerpo cambia. El cuerpo deja de ser un objeto para ser juzgado y se convierte en una herramienta para vivir y disfrutar. La confianza aumenta, no solo por un cambio físico visible, sino por el respeto y el cuidado que se le ha brindado al propio ser. En última instancia, el trabajo de entrenadoras como Lula va más allá de un plan de entrenamiento y nutrición; es una guía para construir una base sólida de confianza y bienestar integral.
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